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La que se avecina

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  Hay que pagar 30.000 millones anualesal dragón capitalista

R.G.P.


  La victoria de Mariano Rajoy, con 186 diputados y el 44,6% de los votos de los 25 millones de españoles que siguen votando pase lo que pase, es un paso más hacia atrás de la sociedad, que confirma el gran fracaso de la llamada “transición a la democracia” y la parálisis cerebral que sufren los ciudadanos, tan solo suavizada por el Movimiento del 15-M que poco puede hacer en medio de tanto silencio de los corderos. banqueros_ladrones.jpg
  Los capitalistas lo tienen mucho más claro, si no obtienen sus beneficios previstos, rompen la baraja. Los políticos, que presumen de su poder en las épocas de vacas gordas, se vienen abajo ante las crisis económicas, que provocan los propios capitalistas, porque no creen que haya ningún otro sistema posible. Zapatero lo definió muy gráficamente cuando señaló que el único camino posible era salvar el sistema financiero, que para él es la base de la sociedad. Ahí se acabó la diversión y llegó el tío Paco con las rebajas: hay que pagar al sistema financiero internacional 700.000 millones de euros, lo que supone rebajar el gasto del Estado en 30.000 millones al año durante los próximos veinte.
  Y a eso se va a poner Mariano Rajoy y la única manera que tiene de hacerlo es más de lo mismo que ha hecho Zapatero, en una nueva vuelta de tuerca con disminución de los funcionarios y de sus salarios, copago sanitario y de los medicamentos, reducción de las pensiones y aumento de la edad de jubilación, copago en educación y que a las personas incapacitadas las cuide la familia. Esto es lo que se avecina con el agravante de que todos estos sacrificios son inútiles y que cuanto menos inversión haya del Estado, más avanzará la crisis. Porque la realidad de la economía española -y la de casi todos los países del mundo- es que el motor económico es el propio Estado y que los grandes y pequeños empresarios trabajan en realidad para las administraciones públicas y si no hay inversión pública, no hay economía que lo aguante.
  La única solución a la crisis sería todo lo contrario, no pagar la deuda, invertir más dinero público y fomentar el ahorro entre los ciudadanos, justamente lo que no se ha hecho en los últimos treinta años en que se ha pedido dinero prestado a la banca internacional y a los usureros de todo el mundo, se ha invertido en locuras como grandes autopistas y Aves donde sale carísimo viajar y se ha “concienciado” a los españoles para que pidieran prestado todo lo que pudieran y más. Eso ha llevado a que de los 700.000 millones que debemos, sólo la tercera parte corresponde a la deuda de las administraciones públicas -un despilfarro evidente, pero no el mayor- y las otras dos terceras partes son de los bancos y cajas de ahorro que se metieron en la burbuja inmobiliaria y pidieron a su vez créditos fuera de España con la promesa de pagarles altos intereses.