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Sinera, Salvador Espriu

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  Con “La pell de brau” se convierte definitivamente en símbolo y máximo exponente de la literatura catalana

Dolors Aguado i Martorell

  A  Salvador Espriu, que era muy aficionado al juego de los anagramas no le debió costar nada inventar el topónimo Sinera para designar con estricta inversión de las letras y elegante conversión de la y en i, un Arenys destinado a convertirse en leyenda o, más bien dicho, en mito literario.
  Se puede decir que el libro institucionaliza aquello que es el primero de los lugares centrales del mito: un cementerio que es el cementerio de los muertos que vivían en la memoria espriuana pero también en el cementerio de los vivos que, como el mismo autor llevaban la muerte en el alma.”
  Así comienza Sebastià Bonet la presentación del libro: “Salvador Espriu. Edició commemorativa del centenari del naixement de Salvador Espriu. Con intervención plástica incomparable de Viladecamps.
 espriu.jpg Espriu nació en Santa Coloma de Farnés el 10 de julio de 1913, falleció el 22 de febrero de 1985.
  En 1915 la familia debido al trabajo de su padre, notario, se establece en Barcelona y pasa largas temporadas en Arenys de Mar, lugar que tiene un significado esencial en el universo literario del poeta que la mitifica en el “llibre de Sinera” (1963), el problema de Catalunya, que merece ser tratado a parte a causa de la identidad nacional que el poeta reclama y trata este libro donde persiste el tono de poesía civil, pero aquí, circunscrita al área estricta de la patria catalana.
  Espriu fue el más significativo de los escritores de la posguerra y uno de los poetas catalanes más importantes. Se da a conocer como narrador aunque su incursión posterior en la poesía no es obstáculo para conseguir un reconocimiento rápido no sólo en las letras catalanas sino dentro de la literatura universal.
  Se le otorga el “Premi d’Honor de les Lletres Catalanes” (1972) y es Doctor Honoris causa por las Universidades de Barcelona y Tolosa de Llenguadoc. Por su actitud cívica, el año 1982 rechaza “La Creu d’Alfons X el Savi”.
  Fue fundador de l’Associació d’Escriptors en Llengua Catalana.
  En toda su obra, novela, teatro, poesía Espriu se planteará utilizar las palabras necesarias en una situación determinada; y de esta manera toman significado las diferentes actitudes del poeta a lo largo de la coyuntura histórica: por una parte la falta, de esperanza lo lleva a realizar una última prueba de la vitalidad de una lengua: “La primera història d’Esther”, por otra, la confianza en el futuro lo aboca a expresar una propuesta ética “La pell de brau” (1960) es un largo poema en el cual analiza la guerra civil. “La pell de brau” es en los versos nombrada como Sepharad, la patria española perdida de los judíos sefardíes. El paralelismo entre la diáspora del pueblo judío y la persecución del pueblo catalán es una constante en la obra de Espriu.
  Sobre su poesía el mismo ha dicho que no es sino “una meditación constante y obsesiva de la muerte”. Su visión de la vida es a menudo muy pesimista, porque la vida conduce al hombre a la muerte, hay que evaluarla y aceptarla justamente como es, asumirla.
  En 1931 escribe entre otras novelas “Laia” que llegará tiempo después al cine con la actriz Núria Espert como protagonista. En 1933 participa en el viaje organizado por el gobierno de la República con profesores y estudiantes en un crucero por el Mediterráneo a Egipto, Turquía, Palestina, Italia, Grecia…lugares que tendrán un papel importante en su obra posterior.
  Espriu vivió la época de la preguerra civil, de gran vitalidad cultural sobretodo en Barcelona y se relaciona con intelectuales como Rosselló-Porcel, Ferran Soldevila, Carles Riba…
Publica “Ariadna, el laberint grotesc” con una prosa que consolida su don de narrador situada entre la sátira esperpéntica y el lirismo.
  En 1935 se licencia en Derecho y el 36 en Historia Antigua. La sublevación fascista trunca su brillante carrera como estudiante y tiene que abandonar la licenciatura en Lenguas Clásicas. Lo movilizan con destino a la columna Macià-Companys, en la sección de Archivos de la Auditoría de Guerra donde permanece hasta 1939.
  Acabada la guerra trabaja como abogado; con las libertades abolidas de manera absoluta, y con Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial es cuando Salvador Espriu vive lo que se conocerá más tarde como el exilio interior.
  A pesar de continuar con su trabajo de abogado, nunca abandona la literatura, escribe “Primera historia d’Esther”,” Antígona” y destaca su primera recopilación de poemas “Cementiri de Sinera”, con el cual inicia las referencias al mundo mítico de Sinera (anagrama de Arenys) a través del cual evoca el mundo devastado por las guerras, la destrucción de la civilización que es también personal y colectiva como pueblo.
  Con “La pell de brau” se convierte definitivamente en símbolo y máximo exponente de la literatura catalana.
  La música que el cantautor Raimón pone a algunos de sus poemas contribuye en gran manera a su popularidad. ( Cançons de la roda del temps 1966).
  Su mitología geográfica está construida en las claves: Lavínia (Barcelona); Konilósia (tierra de conejos-España); Alfaranja(Catalunya); Sepharad (Península Ibérica); Sinera (Arenys).
  Viçens Llorca, uno de los estudiosos escritores de la obra de Salvador Espriu y lectura imprescindible para profundizar en el autor de Sinera, reflexiona sobre el siglo XX y nos indica que pasará a la historia como el Siglo de Oro de la literatura catalana.