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James Petras

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 “El terrorismo islamista que sufrimos los civiles norteamericanos es producto de las agresiones james_petras.jpgestadounidenses en el exterior”

  Durante la década de 60, y antes de licenciarse, James Petras (1937) fue militante de los derechos humanos y líder estudiantil en la Universidad de Berkeley, Estados Unidos. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de California. Desde 1960 a 1973 enseñó y dirigió investigaciones en algunos países latinoamericanos, especialmente en Chile, donde colaboró con el gobierno de Salvador Allende. Tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet, Petras fue miembro del Tribunal Russell sobre la represión en América Latina, junto a Julio Cortázar y Gabriel García Márquez.
 

  En las décadas de los 70 y los 80 participó activamente en el movimiento de derechos humanos que combatió las torturas y desapariciones provocadas por las dictaduras latinoamericanas, y escribió para renombrados periódicos de izquierda: Le Monde Diplomatique, New Left Review, Monthly Review. Entre 1982 y 1984 fue director del Instituto de Estudios Mediterráneos de Atenas. También enseñó en la Universidad de Pennsylvania y fue director del Proyecto de Estudio del Desarrollo Latinoamericano en el Instituto de Administración Pública de la misma universidad. Actualmente es profesor en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton. El profesor Petras hizo las siguientes declaraciones el pasado 4 de enero.

-Pregunta: ¿En qué conflicto internacional centra en este momento sus análisis?
-Respuesta: Terminé un pequeño artículo que envié hace dos días, sobre una comparación entre la dinámica de Estados Unidos y China. Un pequeño estudio comparativo mostrando cómo China está construyendo una economía muy dinámica en función de inversiones civiles en sectores productivos, utilizando como ilustración una nueva línea de ferrocarriles y locomotoras que viaja a 200 millas por hora, mientras que en Estados Unidos están invirtiendo en otras guerras, ahora con Yemen. Gastando miles y miles de millones para estas campañas militares en Afganistán y Pakistán, mientras China está vinculando su proyecto mundial hacia asociaciones con países dinámicos de Asia como Corea del Sur, como Japón, como Taiwán. Estados Unidos busca profundizar relaciones con los narcopresidentes de Colombia y Afganistán, y el presidente golpista de Honduras.
  Ese contraste entre un imperio militarista que está en deterioro, que no puede cambiar su orientación, con una dinámica capitalista de China que, como capitalista, sigue explotando la mano de obra y deteriorando el ambiente, pero, mientras tanto, está bajando la tasa de pobreza y generando empleo, en contraste con los Estados Unidos, donde aumenta el desempleo, la deuda y los otros problemas que tenemos.
  Ese es el tema que trato de presentar: la diferencia entre un capitalismo económico dinámico, expansionista, y un capitalismo militarista que está asaltando pueblos y creando unas inseguridades tanto afuera como adentro. Cada vez que tiran bombas, generan enemigos que lanzan o tratan de lanzar bombas contra nosotros. Y los civiles aquí en Estados Unidos siempre estamos apretados, por un lado, por las aventuras militares afuera, y después la inseguridad de que cuando subimos a un avión, quién sabe si alguien de esa región donde estamos atacando podría ponernos en peligro.
Eso es parte de la temática que estoy discutiendo.

-P: ¿Era previsible el conflicto que se ha desatado en Yemen?, que se suma a las guerras que, en este momento, lleva a cabo Estados Unidos.
-R: Sí. Estamos hablando de un país que ha recibido asesores norteamericanos y también un país donde muchos involucrados en las luchas de los países invadidos por Estados Unidos están reagrupados. Es evidente que la entrada norteamericana, militarmente, en los países musulmanes está provocando una respuesta. Es que el terrorismo militar de estado tiene como contrapartida el terrorismo de los grupos islámicos. Son dos cosas que van juntas.
  Este terrorismo que estamos enfrentando es producto de las agresiones y las invasiones norteamericanas en el exterior. Y cada vez que aumentamos las intervenciones, las ocupaciones, el bombardeo de civiles, generamos más posibilidades de que los terroristas nos ataquen en cualquier parte del mundo, incluso en Estados Unidos.
  La forma de terminar con el terrorismo es dejar de intervenir en estos países y alimentar más este odio.

-P: En Somalia también hay muchos problemas ahora
-R: Somalia es un estado que tiene una historia de intervención norteamericana de gran escala, desde la época de Clinton, que intervenía apoyando a una tribu contra otra, un clan contra otro, armándolos y provocando una quiebra total en el estado en mini regiones de caudillos.
  Y como consecuencia de esta prolongación, tenía una solución, pero una solución que los Estados Unidos no quería aceptar: un estado islámico que, por un período breve, estableció un mínimo de estabilidad. Pero después, Estados Unidos fomenta y financia una invasión de Etiopía y, otra vez, cae el gobierno islámico y volvemos ahora al pirateo, atacando barcos en todos los paseos, los cargueros... Y también Somalia es otro lugar donde islámicos extremos podrían lanzar ataques contra los Estados Unidos. Es otra verificación de la hipótesis de que, cada vez que interviene Estados Unidos y no deja que un gobierno islámico establezca su base, eso provoca una masa de personas jóvenes, somalíes, yemeníes, que buscan organizaciones para tomar medidas de represalia .
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-P: ¿Sigue latente, entre sionistas y norteamericanos, la obsesión de tener como objetivo a Irán?
-R: Sí. Se siguen aumentando las presiones. Aquí uno nunca sabe si Israel va a dejar que las sanciones económicas se apliquen o va a lanzar un ataque aéreo que, definitivamente, va a provocar una conflagración en toda la región. Pero, mientras tanto, la oferta de Irán es muy razonable. Ellos indicaron que están dispuestos a intercambiar este uranio enriquecido en Turquía. Pero Washington quiere controlar el proceso de intercambio. Por ejemplo, que Irán entregue el uranio a Rusia o Francia, que son aliados incondicionales con Estados Unidos frente a Irán . Si Irán lo entrega, después, ellos pueden encontrar pretextos para no devolverlo o, por lo menos, condicionarlo. Irán no quiere eso; quiere enriquecer e intercambiar el procesamiento en un país más o menos neutral que tiene relaciones aceptables con Irán. Turquía es un país de la OTAN también, no hay que olvidar eso. Y Washington rechaza eso y habla de que Irán sólo puede aceptar la alternativa que ellos presentan. Eso no es razonable, pero la prensa siempre pinta a Irán como intransigente, como obsesionados con la bomba nuclear y los planes nucleares militares, de lo que no hay ninguna prueba. Falsificaron un documento que publicaron en el London Times diciendo que hay un documento secreto, que Irán está elaborando uranio para bombas .Después descubrimos que está fabricado y la CIA confirma que el documento no es auténtico. Pero este tipo de propaganda, ¿de dónde viene? En gran parte, la sospecha es que el MOSSAD está implicado en esta fabricación, para montar la publicidad y presión para que aumenten las sanciones contra Irán.
  Pero ahora los EEUU tiene un problema en Irán: si ellos aumentan las sanciones, van a perjudicar a la oposición interna que está contra el régimen . Si aumentan las sanciones, van a fortalecer al gobierno y debilitar a la oposición. Si no aplican las sanciones, eso va a perjudicar las relaciones con Israel y los sionistas. Lo normal en estas circunstancias es no aplicar sanciones pero, por la influencia sionista, los EEUU podrían adoptar una política que perjudicará a los grupos democráticos y pro occidentales en la oposición.

-P: Un tema que no habíamos tocado, ¿cómo se ve la situación en Honduras? En realidad parece cosa juzgada ¿verdad?
-R: Lo que pasa es que los medios de comunicación ya han creado la invisibilidad para Honduras. Terminaron las elecciones y, como la línea pasa por Washington, todo está ya bien, hay un silencio absoluto en los medios de comunicación de masas. Pero a los que recibimos información, nos cuentan que la represión contra los opositores es bastante fuerte, hay casos de intimidación y asesinatos. Pero las organizaciones sociales siguen resistiendo, luchando y reagrupándose. Pero no tienen un liderazgo político. Zelaya está buscando salir del país y no se lo permiten, quieren humillarlo. No tiene sentido político, es un sentido de venganza que él tenga que humillarse para conseguir el exilio .Eso es parte de la política de Washington: consolidar una república con presidente bananero para mostrar que todavía puede influir en los acontecimientos en América Latina. Es un pobre cálculo, porque mientras están triunfalistas por lo que pasó en Honduras, en Brasil, en Argentina y los demás países en América Latina siguen extendiendo sus relaciones con otras regiones del mundo, y Estados Unidos sigue deteriorando su presencia en esta parte Sur de América Latina.