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cartas al director

A MARCELINO CAMACHO

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  Poco tendría que añadir a la semblanza de este gran hombre que Agustín Moreno escribió en el número 54 de EL OTRO PAÍS, si no fuera porque viví con él una experiencia que define a un hombre singular. En 1996, fui elegido por la militancia de IU para encabezar la lista al Congreso de los Diputados por la provincia de Badajoz y a la vez por el grupo que se llamó crítico de CCOO como su representante en el Congreso del Sindicato.
  Dado que iba a estar con Marcelino, se me pidió que lo convenciera para que me ayudara en la campaña electoral. Muchos recordarán lo que el sector crítico tuvimos que batallar, de forma que pasaron los días y no tuve tiempo de hablar con Marcelino. También recordarán que asistimos con dolor y desilusión  a lo que se le hizo a Marcelino en ese Congreso. Primero, por si salía elegido como Presidente de Honor, se le quitaron todas las prerrogativas que pudiera tener este cargo y segundo, no contentos con eso, los oficialistas votaron en contra.
Cualquiera que conozca los entresijos de un congreso y lo injusto que puede ser con algunas decisiones y el dolor que se le puede infligir a una persona, se hará una idea de cómo debía de estar Marcelino cuando lo encontré, junto con su mujer, a la salida. A pesar de ser consciente de ello, me acerqué y le dije: Marcelino, me presento a Diputado por Badajoz. Y ese hombre, dolorido por el trato recibido de los que le debían muchos favores, sólo me contestó: ¿Cuándo  hay que ir? Como soy de condición llorón, se me humedecieran los ojos, pero Marcelino y Josefina sonreían al despedirse dándome un abrazo.
  Marcelino vino a Badajoz y se puso de manifiesto el respeto y la admiración que la gente sencilla sentía por él. El acto celebrado en mi pueblo, Almendralejo, hubo que hacerlo a las seis de la tarde, después de un sentido homenaje que le hicimos a un histórico comunista y la verdad es que, un día de diario y a tan mala hora, el Cine Carolina Coronado se puso de bote en bote. ¿Puede extrañar a alguien que cuando empecé a hablar, lo primero que hice fue recitar a Bertold Brecht y decir el gran honor que para mi pueblo y para mí era estar con dos “imprescindibles”?
Alfonso González Bermejo
 

LA IZQUIERDA EN ESPAÑA TIENE PRESOS POLÍTICOS

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Decenas de presos antifascistas se pudren desde hace décadas en las prisiones españolas ante una izquierda avergonzada de su valentía y coraje.  
  Es una noticia triste ver cómo hace pocas semanas fallecían dos ex presos políticos(1), a los que en todos los locales y puntos de reunión de la izquierda estatal se les tendría que haber homenajeado como verdaderos mártires de las causas más justas y reivindicaciones pendientes en la España posfranquista, y que, sin embargo, han pasado sin pena ni gloria por algunas páginas web y sin que apenas haya un recuerdo físico, combativo y general por estos compañeros.
  Prácticamente todas las prisiones españolas albergan a más de un preso político antifascista al que el Estado español ha condenado de por vida sin relacionar el juicio que se haya hecho sobre sus comportamientos, puesto que se les ha juzgado por sus ideas. Con pruebas poco convincentes, comprando a falsos "arrepentidos", generando un efectivo muro de silencio entre muchos compañeros y familiares, que acuden todos los fines de semana a visitarlos en un clima de clandestinidad, humillaciones y soledad, se ha conseguido lo más grave de esta política de exterminio: que el gran número de siglas que pueblan el mapa de los movimientos sociales en el Estado Español olvide que decenas de compañeros están siendo martirizados a muy pocos kilómetros de sus lugares de residencia o actividad política.
  Varias organizaciones, a las que considero compañeras, se alarman de determinados gestos represivos de los cuerpos policiales españoles, autonómicos o locales de los últimos meses o años, olvidando que esa ha sido la tónica habitual del Estado cuando su estructura económica y militar ha sido puesta en duda de manera organizada. Causa sorpresa que el Ministerio del Interior tuviera que recurrir al fraude electoral para vetar a Iniciativa Internacionalista, pero nos hemos acostumbrado a ver cómo decenas de presos enfermos están siendo asesinados lentamente por el sistema penitenciario que todo el arco parlamentario español acepta y apoya.
  Nos hemos asustado. El enemigo nos ha inculcado el miedo. Nos horrorizamos por los falsos positivos en Colombia, pero convivimos con el horror de que cada pocos meses sale de las prisiones un nuevo compañero metido en un cajón de pino. Nos asustamos cuando la Audiencia Nacional emite un auto de procesamiento contra estructuras sociales y políticas en el País Vasco, pero olvidamos que España es el único Estado europeo que tiene a la dirección de un Partido Comunista (2) en la cárcel por ese hecho, por ser comunista.
  Nadie duda de las diferencias estratégicas o ideológicas que pueda haber con determinadas concepciones, pero convertir ese hecho en la excusa para no dar soporte a aquellos compañeros que lo necesitan es una vergüenza y una infamia contra lo que muchos dicen combatir. Esas discrepancias las mantenemos todos los días incluso entre nosotros mismos, sin que eso sea un problema para nosotros.
  ¿Hay miedo a que nos acusen de cómplices de los que entendieron que uno de los caminos para luchar contra la continuidad del franquismo era también la vía armada? No creo que sea el momento de la polémica del acierto o no de esa opción, pero esos combatientes son nuestros compañeros, y los hemos abandonado. Ya va siendo hora de quitarnos el pañuelo que desde hace años nos hemos colocado y optemos por un verdadero y genuino combate por la libertad de nuestros presos políticos.
  Carta dedicada a los presos del Movimiento de Resistencia Antifascista.
Iñaki Kuadra Etxeandia y Enrique Álvarez Abalde.
La Dirección del Partido Comunista de España(reconstituido) se encuentra en la cárcel.
Solidarios de los Comités por un SRI (en espera de juicio, acusados de formar parte de un imposible entramado).
Andrés Yotuel
 

ALTAR, TRONO Y RPSOE

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El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, terminó el año 2009 derribando un muro de la catedral para abrir la llamada “puerta santa”. Fue el preludio al llamado “año santo” compostelano de este 2010. Después, el arzobispo pronunció una homilía, sin duda santa, en la que invitó a los oyentes a “mantenerse vigilantes frente a los ídolos”: ¿es concebible mayor idolatría que ese acto?
  Los historiadores aseguran, con absoluta unanimidad, que en esa basílica no están los restos del apóstol Santiago y sus compañeros Atanasio y Teodoro, por más que lo asegurase el papa León XIII, en 1884, en su bula Deus omnipotens. Por lo tanto, es una idolatría cuanto se relaciona con esa catedral y esos restos, y el arzobispo contribuye, una vez más, a embrutecer al pueblo con sus mentiras, a fin de tenerlo dominado mediante el opio de sus promesas para después de la muerte.
 vzquez_de_sola_feliz2010.jpg También habló el llamado nuncio del llamado Estado Vaticano, Renzo Fratini, quien leyó un mensaje del dictador de ese llamado Estado, el nazi Joseph Ratzinger. Daba consignas a los oyentes para comportarse conforme a sus dogmas: una injerencia más en los asuntos de España por el jefe de un llamado Estado extranjero, que no es más que un edificio, pero el Estado español le reconoce esa categoría.
  Encabezó la comitiva oficial en el esperpento el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, como delegado del rey de España. Una contravención del artículo 16:3 de la vigente Constitución, en donde se asegura que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”, y por lo tanto, el rey debe mantenerse al margen de cualquier  manifestación oficial y pública de sus personales creencias religiosas.
Pero históricamente, en España ha resultado muy fructífera la alianza entre el altar y el trono. Se han apoyado mutuamente en instituciones como el llamado Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, alerta siempre para terminar en la hoguera el menor pensamiento de independencia con respecto a los dos pilares de la nación.
  Más censurable todavía es la presencia de José Blanco, ministro de Fomento en el Gobierno del partido llamado Socialista, aunque nadie cree que lo sea: por eso el buen humor popular ha añadido una R a sus siglas, y lo denomina Real Puchero Sociata de la OTAN y Europa (RPSOE). Este partido y este ministro contribuyen así al envilecimiento del pueblo, manteniéndolo en la idolatría y la falsedad.
  Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, era gallego, pero nadie se lo puede imaginar yendo a ganar el jubileo a Compostela. Claro que tampoco es imaginable que fuese ministro en un gobierno de su majestad católica. EL PSOE de Pablo Iglesias era un partido de clase, marxista, republicano y ateo. Los sociatas que están usurpando esas siglas honradas debieran fundar su propio partido, puesto que son señoritos, capitalistas, monárquicos y catolicorromanos.
¡Qué año santo van a darnos el arzobispo, el rey y el partido! A no ser que el pueblo despierte del opio de la misa y el fútbol dominicales.
Arturo del Villar

 


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