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Editorial

La acorazada brunete de la Transición

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Algunos políticos, como Pedro Sánchez, están ahora descubriendo que “El País” y sus periodistas están alineados con el Sistema, olvidando que el periódico se creó precisamente para apuntalar la Transición y el sistema político que sustituyó a la dictadura franquista. Otros observan que “El País” y la Ser organizan campañas contra los dirigentes de Podemos. La contestación del periódico del Sistema ha sido acusar a sus críticos de no entender cómo funciona la democracia y cuál es el papel que juega la prensa.

Si hay dos personajes claves del actual sistema político español esos son el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, y Felipe González. Sin ellos es imposible entender el engranaje de un sistema puesto al servicio de los poderosos, banqueros, grandes constructores, empresas energéticas, multinacionales farmacéuticas y sanitarias, telefónicas, etc.

Un enorme aparato de propaganda y de agitación como es “El País” cuesta mucho dinero que pagan religiosamente todos los componentes del Sistema más la colaboración activa del Estado con subvenciones y publicidad pública. No hay más que ver el rescate que tuvieron que hacer todo este conglomerado para pagar la enorme deuda que había acumulado Prisa, por encima de los 9.000 millones de euros. Eso si, Cebrián es multimillonario, pero que nadie ose hablar de su fortuna ni de sus socios inmersos en la mafia internacional. De eso saben mucho los centenares de trabajadores de “El País” despedidos con menos de 20 días de indemnización por año trabajado.

Cuando, en plena dictadura de Franco, su ministro de Propaganda, Manuel Fraga, se inventó una cosa llamada “apertura de prensa”, algunos de sus compañeros de Gobierno le criticaron la medida alegando que eso permitiría a los comunistas abrir un periódico. La contestación de Fraga -que por cierto fue el creador de la idea de “El País”- fue decirles que no se preocuparan que sacar un diario costaba tanto dinero que solo estaba al alcance de los ricos y de derechas. De hecho, en la historia de la Transición han sido decenas los intentos de hacer periódicos a la izquierda de “El País” que han fracasado precisamente porque sin los apoyos del conglomerado financiero-económico, es totalmente imposible.

Lo primero que hizo Juan Luis Cebrián, nada más sacar “El País” fue obligar al Gobierno de Suárez a cargarse la antigua prensa del Movimiento que financiaba la dictadura y que, en manos de sus trabajadores, se había convertido en una prensa pública que empezaba a ser respetada por los lectores. Con el dinero de los bancos, los anuncios de las grandes empresas y las subvenciones públicas -algún día habrá que investigar los miles de millones para la formación y renovación tecnológica que recibieron-, Cebrián se convirtió en el capo del Sistema y lo sigue siendo.

Cebrián convirtió a muchos de los antiguos periodistas antifranquistas -troskistas, anarquistas, del PTE, de la ORT, comunistas, etc- en una auténtica “acorazada brunete” contra todo aquel que intentara criticar al Sistema, pero ya se sabe que el pesebre es el pesebre. Todos ellos tuvieron como justificación la “democracia”, pero algunos de ellos cuando Cebrián han comenzado a denigrarle-en privado, eso si- porque ya se sabe que “Roma no paga a traidores”.
 


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